... y los sueños, ¿sueños son??!?!??!?!!

Sin casi darme cuenta estoy otra vez en la Plaza San Martín de Lima. El mismo cielo gris, la misma sensación de salir de esta ciudad en poco tiempo.

Todo refuerza la sensación de que Venezuela ha sido un sueño. Que Helios y Adriana sólo existen en mi imaginación. Que las tortugas son monstruos marinos de un comic de Calvin & Hobbes y Querepare la inspiración inmaterial de un libro de Gabriel García Márquez.

Mientras Verónica me dice que yo inspiro a soñar, yo no hago más que pensar que en estas últimas cinco semanas cada persona que he conocido me ha mantenido alejado de la realidad y anclado a un mundo de fantasía en el que cada día, cada minuto, cada segundo es un sueño.

Si no fuese por la presencia de Bea en este sueño quizá no podría hablar de Él con nadie (de hecho fue juntos como esta 'vaina' nos fue 'agarrando').

Si no fuese por Emigdio, que unió el pasado menos reciente, el pasado más reciente, incluso el futuro cercano, con este presente (que siento como 'regalo') jamás podría ubicar estos días en el tiempo, con la esperanza y la necesidad de que se repitan.

Si no fuese por Aurelio, no habría disfrutado desde el primer día de la maravillosa hospitalidad que me ha seguido rodeando hasta el último instante.

Entre 'vainas' y 'cacharras', 'carros' locos y 'coches', 'franelas' y 'camisetas', 'comiquitas' y 'dibujos animados', 'bergas' y 'trankas' fui olvidando el lenguaje. Pasé de no entender nada al Chino, a Merengue y a Amarillo (Luis Alfredo) a no ser capaz de encontrar una palabra para describir el sentimiento de agradecimiento. 'Gracias' se vació de significado tras repetirla 'n' veces, cuando 'n' tiende a infinito.

Los últimos días de Caracas se me han escapado entre las manos mientras Teresa me contaba historias de los dos lados del Atlántico y me hacía ganar un poco de peso con sus sorpresas culinarias (quedan pendientes unos pimientos rellenos). Y tan a gusto se me fue el tiempo que ni siquiera conseguí despedirme de Soe, de Aurelio o de Mª Teresa. Por lo menos a Hedelvi pude, en persona, darle las gracias por la franela que me convierte en parte de los tortugueros (ahora, gracias al colgante de Vero, soy todavía más tortuguero).

Y en estas cinco semanas... en el camino, de un sitio a otro, parecían esperar gentes como Meyvi y Vicente. Fulful y sus arepas para salvarnos de la inhalición a Simone, a Igor, a Simon y a mí. Carlos con su sonrisa siempre a punto. Melecio, el ron y el vendedor de perros. Esquiza (perdón si me equivoqué al escribirlo) y sus cetáceos fantásticos. Y muchos más que no por no mencionar son menos importantes.

Y si me pusiese a escribirlo todo necesitaría otras cinco semanas, porque no quitaría nada. Pero, quizá, así sea la única forma de convertir este sueño en realidad.

Mientras Verónica me dice que inspiro a soñar yo ingenua y vanidosamente me lo creo. Vanidoso, porque es una de las cosas más lindas que me dijeron nunca. Supongo que eso me convierte en una espcie de anti-avatar capaz de desmaterializar la realidad... pero al mismo tiempo los sueños nos convierten en avatares potenciales, con la habilidad de 'materializar' nuestros deseos.

Compartir un sueño propio es un placer, del que disfruto cada día. Formar parte del sueño de otra persona ha sido totalmente mágico. Ser parte de las condiciones que los crean es un concepto 'arrechisimo' en el que uno no puede, por menos, estar agradecido de semejante honor.

Ahora en Lima... mientras me desperezo... voy ya pensando en cerrar poquito a poco los ojos a medida que me vaya acercando a Loja.

Más de 6 meses de viaje... y superchévere! Un beso muy fuerte!

Ciao ciao,

Heiwa X

PS. Es un estracto de mi diario... quiza no tenga sentido en conjunto para todo el conjunto... pero seguro que quien quiera encontrar algo personal lo encontrará... de todas formas yo no sabría explicar de otra forma qué ha pasado en estas últimas 5 semanas ;oD